Van dejando huellas, asi, al pasar, las personas de mi vida.
Quedan en mi sus palabras resonando en la memoria, quizá mas de lo que creo, menos de lo que quiero,
Quedan sus marcas en mi, en mi esencia, en ese invisible pizarrón de recuerdos, imágenes, palabras, gestos, al que solo yo accedo.
Queda el aprendizaje de una conversación de tren con un extraño, que sin saberlo se grabó a fuego en mi memoria, y es parte de mi historia, y es anónimo.
Quedan afectos, dados - recibidos, caricias que nunca mas se sentirán igual, un beso.
Queda el rasguño leve de una noche de locura, dejando la sensación oculta, muy oculta, de libertad plena en un minuto, de descontrol,
Estan en mi las miradas, esas que me dijeron tanto, que aun cuando no pueda traerlas ya a mis recuerdos vivos están, porque sé lo que me significaban, porque son parte de mi.
Queda el recuerdo de los abrazos dados, de las palmadas amigas de quienes ya no están, de los guiños de aquellos extraños que desinteresadamente dieron una mano y siguieron su camino.
Siguen, despues de años, algunos recuerdos y muchas sensaciones de infancia; fragancias y olores que me llevarán por siempre a mi mundo imaginario
Quedan en las huellas de vivir, y vivir con otros, porque sin otros quizá no seríamos uno.
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