Cada vez mas creo que hay que seguir la vocación, mas allá de los títulos, las esperanzas ajenas depositadas en nosotros, el que dirán, mas allá de todo.
El caso es que hay muchos ejemplos de gente que hizo lo que quiso, algunos desde el principio, otros a mitad de carrera, otros al final; no se si son historias fáciles pero todas tienen final feliz, ojo, que por final feliz no digo que esa persona gane mas plata eh! en algunos casos es todo lo contrario; un abogado muy bueno que un día decidió ser pintor, quizá un pintor mas, nada sobresaliente, pero feliz; o el caso de mi hermana que decidió dejar la carrera de medicina una vez que pasó todos los exámenes más difíciles y hoy es una bailarina, que cada vez que baila se siente realizada y la ves feliz por la vida, peleando los centavos y buscando un espacio mínimo, pero con la tranquilidad de habérsela jugado. Y ni hablar de los miles de actores, conductores, músicos, voluntarios en misiones de paz o esas que hay por todo el mundo, y tantos otros que quizá ni terminaron el secundario, pero cumplieron sus sueños, ese sueño de hacer lo que les gusta mas allá de todo.
Hay también de esos profesionales fanáticos, que se mataron estudiando porque aman lo que hacen, a esos también los aplaudo y los felicito, por la suerte de que su vocación y el standard cultural coincidan.
Yo la verdad que todavía estoy indecisa, porque para ser sincera no se si soy una profesional fanática o una fanática profesional, pero acá estoy, mirando modelos inspiradores que con su ejemplo me den una pista, admirando a esos que se jugaron por hacer lo que sienten y hoy son felices, quizá pobres, pero felices, y diciendo al que sea que se cruce por mi camino, dale nene, metele a lo que te gusta, que si le pones ganas te vas a sentir feliz.
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