jueves, 28 de julio de 2016

Sonó el teléfono y lo dijo,
y en su angustia
no supe que responder. 

Vi el dolor transformarse en ira
y me quise ir, 
pero solo pude estar

Estaba al lado cuando se lo dijeron,
lo vi llorar
y solo atiné a darle un abrazo

lo vi derrumbarse,
y solo quise acompañar
a mi modo

a mi modo
que fue hacer un mal chiste
que fue exigir mas de lo que me podía dar
que fue pedir que siguiera adelante
que fue no sentarme a llorar.

quien está preparado para sobrellevar la pena ajena? quién puede predecir el momento, la palabra precisa, el gesto necesario? no hay un libro que te enseñe a acompañar en el dolor, a comprender la angustia, a aguantar esa reacción.

Porque el dolor humano tiene miles de formas y en la vida todos nadamos sin que nadie nos enseñe a nadar.


solo sé que intenté lo mejor que pude.

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