lunes, 10 de junio de 2013

Aprendizaje

Mientras mas me pasan los años, creo que mi mayor desafío es desaprender. Porque? porque mientras mas crezco, mas simple me parece la vida y mas difícil me resulta aceptarlo; si; creo que aceptar es lo primero que me cuesta, porque tengo aprendido que "el que quiere puede", "si te esforzás llegas", "no hay que ser quedado" y la "inacción es estancamiento", etc, etc. Y es en esa vorágine de aprendizaje positivista que me olvide de aprender que algunas veces simplemente es cuestión de aceptar; que no importa el esfuerzo, las ganas, el deseo, el tiempo, las emociones, los objetivos, no importa nada, porque simplemente no es y no será, porque simplemente ese otro es distinto, esa realidad no lo permite, o simplemente no depende de uno. Y aceptar me cuesta hasta el infinito y me duele en los tuétanos, porque desaprender esa apología al esfuerzo me duele...

Pero también, con el tiempo, tengo que aprender la calma, y me cuesta horrores desaprender el acelere que parece que si uno no está corriendo no hace nada. Y respetar los tiempos, que no son los de uno, que no se miden en minutos, que generan ansiedades, que me matan... y valorar lo pequeño, lo que se esconde de las apariencias, lo que no se muestra facil, lo que no se ve a simple vista ni se estudia o se resume en una teoría, y ver esa esencia que muchas veces no se puede traducir en palabras y que me dice.. tenés que desaprender a hablar y aprender otra vez a mirar, de otra manera, otras cosas, y aprender a ver.. o es que nunca supiste? no lo sabremos...

Y me encuentro frente a una puerta que me muestra el camino de regreso, hacia el origen, hacia la esencia de lo que es, hacia lo que está detrás de todo lo aprendido.. y siento miedo... de de repente descubrir (si es que ya no lo he descubierto sin hacerme cargo) que nunca supe nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario